¿Y si pintamos el patio?

Albacete. 22 de junio. No era para nada un día cualquiera. Se anunciaba una jornada llena de color e ilusiones llevadas a término. Hemos pasado muchas horas en este patio, jugando al baloncesto, fumando tabaco de liar y susurrando aquellos secretos que como mujeres enriquecen nuestra esencia. El proyecto “Cooper” nos ha convertido en una, todas nos sentimos parte de cada una de las líneas de color que dibujan ese cielo cargado de estrellas. Han sido meses intensos, en los que lila, el rosa, o el azul eran sólo la excusa para contarnos lo que nos preocupaba, lo que soñábamos y lo que anhelábamos en eso que llaman vida.

Bocetos, líneas e imágenes, que componían lo que hoy se ha convertido en una realidad. Cada mañana es algo menos hóstil cuando en los trazos de la mujer sentada todavía resuenan las risas, las bromas, y retumba esa voz a capela que despertó aquella mañana de sábado. Amanecen en cada mujer la complicidad, el respeto, el compañerismo y la empatía aletargados por la falsa conciencia de creerse diferentes; ahora, todas juntas sienten ser partícipes del resultado de agitar sprays haciendo suyas esas cuatro paredes del que hoy es su hogar, “La Torrecica”, Albacete.

Desde ACOPE se ha intentado favorecer el empoderamiento de las mujeres de esta prisión, ensalzando su voz para llevarla hasta aquellos lugares en los que el desconocimiento las hace víctimas del silencio. Suerte ha sido encontrarnos con aliados que han apostado por formar parte de esto, cultivando su semilla para que la primavera aflore en los difíciles diarios, de estas mujeres, ahora entre rejas.

Se atrevió con un sí rotundo cuando el proyecto era sólo un sueño y como resultado dice haber cumplido uno de los suyos. Gracias enormes a Juanga Cedos, que tímidamente terminó por marcarse un triple en el corazón de cada una de ellas.

Y la ilusión se aviva cuando tropiezas con profesionales de la Institución Penitenciaria, que aún creen en las personas, y facilitan que organizaciones como ACOPE puedan hacer realidad estos proyectos.

El Proyecto “Cooper” sigue vivo cada mañana de sábado cuando las agendas respiran y a los relojes les cuesta marcar la una. Entonces, todas juntas, entienden que estos seis meses de trabajo hablando de empatía, compañerismo, unión, respeto, inteligencia emocional, gestión de conflictos o autodeterminación para abrazar el camino soñado, no han sido el balde. Majo y Sandra sonríen cuando los resultados tienen colores púrpura, y decoran el futuro con codazos de complicidad por debajo de la mesa que tantas mañanas es escenario de un teatro sin máscaras, que confirma que este es el camino a seguir.

 

 

Acope

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